lunes, 11 de noviembre de 2013

El poblado minero abandonado de La Piela

El antiguo poblado minero abandonado de La Piela se encuentra en medio de los montes bercianos, a cinco kilómetros de Cadafresnas, en el Ayuntamiento de Corullón.

En sus proximidades se encuentran las ruinas de las instalaciones de Mina Currito, que daban trabajo a sus habitantes, en la Peña do Seo. La explotación minera en la zona surgió al albur de la fiebre del wolframio, pagado a altísimos precios por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, para alimentar su maquinaria bélica. En 1944 la Provincia de León produjo 76.500 kg de wolframio.

Sin embargo, el verdadero esplendor llegó en la década de los 50. La Guerra Fría se convertía en caliente en Corea y multitud de otros frentes a lo largo y ancho del mundo. Los precios del mineral se dispararon, y España estaba en mejores condiciones que en la inmediata postguerra para poder realizar las inversiones necesarias para la minería a gran escala. La nueva propietaria, la Compañía Minera Montañas del Sur, firmó un contrato de suministro con el gobierno estadounidense. Con el crédito obtenido, electrificó y amplió las instalaciones mineras. En 1954 la Provincia produjo nada menos que 205.302 kg de wolframio en 1954, 70.000 de las cuales procedían de Peña Seo. El kilo se pagaba entonces a 260 pesetas.

El poblado fue construido ex novo para los trabajadores de la cercana mina. El conjunto está formado por dos hileras paralelas, cada una compuesta por 10 bloques con cuatro viviendas cada uno, entregadas a los poseedores del libro de familia, mientras que los solteros eran alojados en los sótanos. Contaban con lujos aún extraños en la época, como agua corriente, agua caliente, y luz eléctrica. A las viviendas se sumaba el economato, la cantina y escuela. Fue planificado por el arquitecto Ramón Cañas, que además era presidente de la Diputación provincial de León. En su época de esplendor fue hogar de más de 200 personas.

Sin embargo, en 1955 se hundió el mercado del metal, cayendo la producción provincial a poco más de 71.000 kg. Tras la Guerra de Corea, ante el descenso de los precios, la extracción a un precio competitivo era imposible, de modo que el poblado fue abandonado en 1958 tras un fugaz y fulgurante período de actividad. Sus últimos habitantes, la familia de Jovino García, tuvieron que abandonarlo en 1980,

La Piela es de propiedad municipal y se encuentra protegido por por el Plan Urbanísico del Ayto. de Corullón. Sin embargo, Todo el conjunto se halla en acelerado deterioro. La mayor parte de los edificios han perdido su cubierta, lo que ha provocado la disolución del mortero a causa de la lluvia, amenazando su integridad estructural. Los saqueos y los destrozos han sido generalizados. El PSOE leonés ha pedido su inclusión en la Ruta Europea del Wolfram en 2013 y se estudia su futura rehabilitación. Lo cual, más que ser un signo esperanzador, hace temer una intervención agresiva que eche aún más a perder el lugar, destrozándolo a base de hormigonazo y acero corten.

martes, 8 de octubre de 2013

El monasterio de Tusinos



En las proximidades de Cuevas de Viñayo, en Carrocera, se encuentra una ruina prácticamente olvidada, desconocida incluso para la mayoría de los habitantes de la zona. Se trata del monasterio cisterciense de Tusinos, situado en un prado junto al arroyo homónimo, en medio de una finca ganadera. Fundación de época bajomedieval, ampliada en la Edad Moderna, quedó arruinada tras la nefanda Desamortización de 1835, siendo objeto de reiterados saqueos.

El resto más sobresaliente es la iglesia del s. XVII, realizada en mampostería con sillares reforzando las esquinas, con una bóveda de cañón única ya hundida y la portada totalmente desaparecida. Junto a ella, hay restos góticos correspondientes a la capilla mayor y algunas estancias adjuntas. En algunas zonas de la iglesia el muro se conserva hasta el mismo arranque de la antigua cubierta. Cuenta además con un amplio recinto rectangular, que delimita las antiguas huertas y dependencias monásticas. La imagen de la Virgen fue trasladada al cercano pueblo de Benllera. Al parecer tuvo un importante retablo de piedra tallada, ya desaparecido.

Aunque está bajo la protección de la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Españoly el Plan Urbanístico del Ayuntamiento de Carrocera, el monasterio está expuesto al vandalismo y los saqueos, y amenazado por los desplomes producto del paso del tiempo y los elementos. Fue prospectado por la Universidad de León en los 80 y por Tierra Arqueos S.L. en 2005, pero jamás ha sido excavado.

Bibliografía: Manuel GÓMEZ MORENO, Catálogo Monumental de España. Provincia de León (1906-1908), Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Madrid, 1925, p. 560.

lunes, 7 de octubre de 2013

Falso celtismo


El pasado sábado 5 de octubre tuve ocasión de asistir en la Plaza Mayor de León a un lamentable concierto de la banda de gaitas Llariegu, amenizado, para colmo, con el acordeonista proetarra Kepa Junkera, que cerraba el VII Festival Internacional Celta Reino de León.

Además de empezar tarde, el presentador hizo gala de un exagerado acento asturiano, que resultaba artificioso y forzado. Se puede hablar en bable o en español, pero la mezcla deliberada es ridícula. Sin embargo, lo verdaderamente malo fue la propia música. Alegre y populachera, a ratos agradable, el resultado general fue, sin embargo, totalmente decepcionante. Pretende ser música de fusión astur-bretona, y el resultado es un popurrí desalmado y desangelado, que no se sabe ni lo que es. Ni astur ni bretón. Saxofones y gaitas no pegan ni con cola. Un pastiche musical indigesto.

La "música celta" es una invención romántica moderna cuyo origen es la imitación de las pautas irlandesas, escocesas y bretonas por parte de otros folklores. Puro marketing, diseñado para consumidores de tendencia regionalista. Existe la música asturiana y la leonesa. Cada vez más maleadas por el servilismo interesado a una falsa tradición "céltica". Tan difusa es la "música celta" como la tontería esa de la "música latina", pero cala muy fácilmente en la sociedad gracias a su fingido carácter ancestral y exclusivo de la zona. Tan ancestral y exclusivo como el acordeón de Kepa Junkera. Los festivales interceltas son, así, una herramienta muy útil para asentar las deformaciones analfahistóricas y el etnicismo. Y así tenemos un cartel para un festival leonés donde un motivo irlandés se superpone a la Cruz de la Victoria.

El recurso fácil a echar mano del difuso concepto de "lo celta" como hecho diferencial ha tenido gran éxito en los provincianismos disgregadores del norte de España. Cada una de las Autonosuyas ha construido su aparato ideológico, historicista y mitificador para justificar sus prilegios feudales. Asturias no iba a ser menos, y el autonomismo leonés siempre está dispuesto a subirse al carro. Partidos políticos minoritarios de patrioterismo chabacano que buscan crear una identidad nacional inventándose historia y cultura, a fin de recorrer el mismo sendero rupturista de vascos y catalanes. Conceyu Nacionalista Astur, en el caso de Asturias, y Agora País Llionés, en el de León.

Huelga decir que NINGUNA fuente clásica avala la celticidad de los astures. Y que nada tiene de celta el medieval Reino de León. Pero bueno, es muy sintomático del estado de España en general y León en concreto.

martes, 24 de septiembre de 2013

Lois


El pueblo de Lois es uno de los parajes más hermosos de la Montaña Leonesa, aunque por desgracia también descuidado. Menos que otros rincones de la Montaña, pero bastante en relación a su patrimonio y belleza. Huelga decir quem de hallarse en el Pirineo, sería lugar de fama reconocida con hoteles y turistas ansiosos de disfrutar de sus muchos dones. José González Fernández (1873-1961), canónigo y arcipreste de la Catedral de León, natural de Crémenes, describía Lois en los siguientes y evocadores términos:

En uno de los repliegues más laberínticos de la montaña leonesa se esconde un pueblín, de reducido vecindario, pero que conserva las huellas de una grandeza pretérita, no igualada por villas de renombre.
La naturaleza es allí pródiga en bellezas. Cumbres verdes en las que asoman erosiones blancas de las areniscas; picos altísimos de calizas tapizadas de pedrería ubérrima; cresterías caprichosas en las rocas; canalizos pindios, laderas vestidas de césped, arroyos saltarines salpicando con espuma las flores de la orilla; grutas misteriosas en las que las aguas cantan la eterna sinfonía de una vida que busca salir de las tiniebleas para reflejar, como en un espejo, los rayos de sol; cuestas en donde los ribazos sostienen las tierras de pan llevar; prados riquísimos, huertas amenas, hayedos umbríos en donde las cabelleras de los árboles sorben toda la luz solar, que no logra posarse sobre el suelo blando, cubierto de follaje.
Y por si ésto fuera poco, entre el caserío humilde, la exhuberancia de un arte exquisito. Palacios con balconaje de robusta herrería; portadas hermosas, sobre las que campeun escudos nobiliarios de la más rancia estirpe leonesa; fachadas de sillería finamente labrada; casas solariegas de hidalgos y nobles llevaron por las rutas de España u de América los nombres gloriosos de Obispos, de Oidores, Inquisidores y Militares.
Poco queda ya de esta grandeza de Lois. Quedan, como monumentos perennes, como el testimonio religioso y cultural, que el tiempo ingrato no ha podido borrar, la Iglesia y la Cátedra de latín y Humanidades, en donde se formaron hombres que, en las ciencias y en las artes, pregonaron y pregonan los timbres gloriosos de una institución que ha sido el Alma Mater, la "Universidad " de la Montaña.

Su pequeño cuadernillo sobre Lois, que vale la pena leer entero, puede hallarse aquí: http://es.scribd.com/doc/133719671/Lois

sábado, 21 de septiembre de 2013

León en 1970


Hoy posteo una interesante lectura: el reportaje sobre la ciudad de León publicado en la revista Blanco y Negro del 21 de marzo de 1970.

Puede hallarse aquí: http://es.scribd.com/doc/169847350/Leon

viernes, 20 de septiembre de 2013

El Belchite leonés

Los restos de la Fabricona de Golpejar de la Tercia emergen ante el viajero a un lado de la N-630 en dirección Asturias, recién pasada la localidad de Villamanín, alzándose como las costillas de una momia desenterrada sobre el paisaje circundante. Su simple visión es un reproche al abandono de nuestro patrimonio histórico e industrial.

Estas instalaciones fueron construidas por la Sociedad Coto Minero La Profunda entre 1923 y 1927 para el tratamiento de los minerales de cobre y cobalto extraídos en la célebre mina La Profunda (Cármenes), trasladados mediante una línea aérea de baldes de varios kilómetros de longitud. Constaba de una gran nave de molinos para triturar los minerales, muelles de carga y almacenes, así como las oficinas y las casas de los ingenieros y especialistas de la empresa. Al comienzo de la Guerra Civil, debido a su solidez y estratégica situación se convirtió en centro de las milicias frentepopulistas locales, lo que motivó su bombardeo por la Legión Cóndor en abril de 1937, quedando en el actual estado de ruina. Tras la Guerra, los restos fueron totalmente saqueados para vender la chatarra, quedando los esqueletos mondos de las estructuras, jamás reconstruidas, como mudo testimonio de nuestro pasado industrial y de los horrores de la Guerra Civil. Un Belchite a la leonesa.


Las ruinas, universalmente ignoradas y despreciadas, carecen de protección alguna a pesar de su importancia histórica como escenario de un notable hecho bélico. Recientemente se ha construido de una horrenda nave entre las ruinas. Sin nadie dispuesto a garantizar su preservación, el futuro de la Fabricona parece estar abocado a convertirse en simples escombros. Sin necesidad de hacer mayores esfuerzos por destruirla. Vandalismo, saqueos y nuevos derribos son posibles. Pero es algo muy cansado. Ya se encarga el Padre Tiempo de que los restos se desplomen ellos solitos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

León, memoria en la nieve

En octubre de 1999 RTVE emitía el documental "León: memoria de la nieve", dentro de la serie Ésta es mi tierra. En el mismo, el escritor Julio Llamazares recorría con melancolía la tierra de su infancia, abocada al cierre y derribo por la incuria de la administración y de sus propios habitantes. Más de una década despúes, incluso la nefaria situación existente en 1999 parece una época dorada en comparación con la cada vez más triste cotidianeidad de la Provincia de León. Me quedo con la siguiente reflexión del ilustre escritor:
"Hace ya muchísmo tiempo me marché de forma definitiva. Es el destino, por otra parte, de muchos de mis paisanos (...) la Montaña Leonesa [es] una tierra muy bella, muy dura, muy despoblada, muy fría, y en los últimos tiempos, además, abandonada de la mano de Dios y de los hombres. Quizá por eso mi relación con ella es confusa. Por una parte amo esta tierra, pues porque soy de aquí, porque me gusta, pero por otra parte me produce una gran desazón, cuando vuelvo, el observar el abandono en que está sumida y, sobre todo, me da cierta rabia la dejación y la apatía, la indiferencia con la que la mayor parte de los leoneses asisten a su decadencia (...) Para mí, León, en último término, ya sólo es un paisaje".
Vale la pena verlo entero: